Oxigenoterapia
La oxigenoterapia supone la administración de oxígeno para aportar al paciente una concentración de oxígeno inspirado mayor que la del ambiente, que es, como veíamos, del 21 %. Se utiliza para resolver los problemas de hipoxia (falta de oxígeno), cuyas causas son múltiples:
- Atmosférica: A mayor altitud, menor concentración de O2, dando lugar a la hipoxia de altitud.
- Alveolar: Como por ejemplo en casos de atelectasias, enfisemas y en general patologías en las que la cantidad de alvéolos disponibles para cumplir su función están disminuidos.
- Anormalidad de la membrana alvéolo-capilar: Por aumento de su grosor, lo cual altera la difusión del oxígeno, o por el aumento de depósitos de secreciones, lo que afecta la permeabilidad de los alvéolos.
- Vascular: Como en las fístulas arteriovenosas, en las que se produce una ausencia de contacto con el alvéolo o hipotensión generalizada que impide un transporte adecuado de O2 a las células.
- Tejido pulmonar: Como por ejemplo en la neumonía.
- Problemas con los glóbulos rojos: tanto en trastornos cualitativos (aumento del CO2 circulante) como cuantitativos, hemorragias, anemias, etc., en los que no hay suficientes glóbulos rojos para captar el oxígeno necesario.
Definición:
Administración de oxígeno a concentraciones mayores que las del aire ambiente, con
la intención de tratar o prevenir los síntomas y las manifestaciones de la hipoxia.
Objetivos:
- Proporcionar al paciente la concentración de oxígeno necesaria para conseguir un intercambio gaseoso adecuado.
- Mantener unos niveles de oxigenación adecuados que eviten la hipoxia tisular manteniendo una saturación de O2 minima de 90%.
Causas de hipoxemia:
Existen diferentes causas de hipoxemia cuya respuesta al
tratamiento con oxígeno difiere dependiendo del sustrato fisiopatológico:
- Disminución en la disponibilidad de oxigeno.
- Alteración en la ventilación-perfusión.
- Shunt
- Defecto en la difusión.
- Hipoventilación alveolar.
Material:
- Fuente de oxígeno, que puede ser parte de un servicio general con distribución a las unidades clínicas o bien un depósito generalmente de 200 pies cúbicos conteniendo 600 L de oxígeno a 2000 lb. de presión por pulgada cuadrada.
- Regulador de oxígeno que disminuya la presión de 2000 lb. a 20 (las toleradas por el paciente), y que asegure un flujo suave y suficiente al ritmo deseado.
- Dispositivo humidificante de cristal o plástico estéril conteniendo 2/3 partes de agua destilada.
- Guantes no estériles.
- Dispositivo de administración de O2 del paciente.
Dispositivos de flujo bajo:
Entregan oxígeno al 100% a flujos que son menores al
flujo inspiratorio del paciente (el oxígeno entregado se
diluye con el aire ambiental), y por lo tanto la concentración de oxígeno inhalada (FiO2) puede ser baja o alta
dependiendo del dispositivo específico y el flujo inspiratorio del paciente.
- Cánulas nasales: éstas pueden proporcionar FiO2 de 24 a 40% con flujos de 6 L/min en adultos (dependiendo del patrón respiratorio), el oxígeno administrado por cánula nasal a flujos de 4 L/min no requiere humidificación.
- Mascarilla simple: pueden proporcionar una FiO2 de 35 a 50% a flujos de 5 a 10 L/min, los flujos se deben mantener a 5 L/min o más para evitar la reinhalación del CO2 exhalado que pueda ser retenido en la mascarilla. Es necesario tener precaución es utilizada una mascarilla simple, este es cuando se requiere un dispositivo de bajas concentraciones de oxígeno más preciso. El uso prolongado de la mascarilla simple, puede ocasionar irritación de la piel y marcas por presión.
- Mascarilla de reinhalación parcial: es una mascarilla simple con reservorio, el flujo de oxígeno deberá de ser continuo para mantener la bolsa llena al menos un tercio o la mitad durante la inspiración. A flujos de 6 a 10 L/min el sistema puede proporcionar 40 a 70% de oxígeno.
- Mascarilla sin reinhalación: es similar a la mascarilla de reinhalación parcial excepto que la primera tiene una válvula unidireccional. Esta válvula se encuentra localizada entre la bolsa y la mascarilla para prevenir que el aire exhalado regrese a la bolsa, tiene que utilizar un flujo mínimo de 10 L/min. La FiO2 proporcionada por este sistema es del 60 a 80%.
Dispositivos de flujo alto:
Los dispositivos de flujo alto entregan mezclas establecidas de gas, ya sea a FIO2 baja o alta a velocidades de flujo
que exceden la demanda del paciente. Los dispositivos
de flujo alto utilizan el sistema Venturi con base en el
principio de Bernuolli, en el cual el equipo mezcla en
forma estandarizada el oxígeno con el aire ambiente a
través de orificios de diferente diámetro. Proporcionan
FIO2 conocidas entre 24 y 50%.
- Mascarilla Venturi: suministra una concentración de oxígeno exacta independientemente del patrón respiratorio del paciente. El paciente puede percibir una sensación de confinamiento, calor e incluso irritar la piel. Impide al paciente comer y hablar.
- Tubo en T: proporciona un alto grado de humedad, se utilizan en tubos endotraqueales. La chimenea funciona como un sistema de recirculación parcial, y por lo tanto, debe mantenerse colocada, de lo contrario disminuye en forma significativa la FiO2.
- Campana de oxígeno: es una campana cerrada y compacta que se utiliza en lactantes. Tiene como desventaja dificultad para alimentar al lactante y la dificultad para su aplicación en niños activos.
Procedimiento:
- Conectar el manómetro a la toma de O2.
- Conectar el humidificador al manómetro manteniendo el nivel de agua adecuado en el mismo.
- Conectar el sistema (gafas, sonda nasal, etc.…) al humidificador.
- Regular flujo de O2 según prescripción.
- En caso de sonda nasal, medir la distancia que existe entre la nariz y el lóbulo de la oreja e introducir la sonda hasta la distancia medida.
- Colocar el sistema al paciente evitando presiones excesivas sobre la cara, zona de las orejas, nariz, etc. (colocando gasas, si fuera necesario, en los puntos o zonas de roces).
- Cambiar la mascarilla por las gafas nasales cuando el paciente vaya a comer (desayuno, merienda o cena), para asegurar un mínimo de oxigenoterapia, mientras el paciente come. Y una vez finalizado, volver a colocar su mascarilla facial a la dosis que estaba prescrita
- Comprobar que no existen fugas.
- Colocar alargaderas, si procede, para proporcionar al paciente mayor libertad de movimiento.
- Evitar angulaciones que provoquen una disminución de la FiO2 que se administra al paciente.
- Colocar al paciente en posición cómoda.
- Desechar el material en el contenedor adecuado.
- Retirar los guantes.
- Higiene de manos.
Complicaciones:
Lo efectos potenciales por la exposición a concentraciones altas de oxígeno incluyen alteraciones en las funciones fisiopatológicas normales y daño tisular.
Los cambios fisiopatológicos a altas concentraciones de oxígeno incluyen alteraciones en la homeostasis
pulmonar y extrapulmonar, estos cambios fáciles de
corregir si se reconocen prontamente.
Los efectos
extrapulmonares de la hiperoxia incluyen supresión de
la eritropoyesis, vasoconstricción sistémica y depresión
del gasto cardiaco. Estos efectos son de poca relevancia
clínica. En contraste, los efectos fisiológicos pulmonares de la hiperoxia incluyen depresión del centro ventilatorio de la respiración, vasodilatación pulmonar y
atelectasias por absorción, de las cuales cada una es
relevante. Además, el oxígeno en altas concentraciones
es citotóxico, ya que puede provocar una lesión pulmonar aguda.
"Si crees que puedes, ya estás a medio camino"
Theodore Roosevelt
Referencias Bibliográficas:
- Galindo et. al. (2016). Técnicas Básicas de Enfermería. MACMILLAN Profesional.
- Corredor et. al. (2012). Manual de procedimientos generales de enfermería. Sevilla. Servicio Andaluz de Salud.
- Guitierrez, P. (2010). Protocolos y procedimientos en el paciente crítico. México. Manuela moderno.
- Rosales, S., y Reyes, E. (2004). Fundamentos de enfermería. México. El manual moderno.
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